Cuanto más sepas sobre la tierra de tu jardín, más fácil te resultará elegir las plantas que tienen que vestirla, y comprobar de qué modo crecen y crecen felices. Si lees esto, aprenderás un montón de cosas sobre los diferentes tipos de áridos que componen un suelo; y sabrás qué puedes hacer, si hace falta, para mejorar el de tu jardín, con el fin de llenarlo de bellas flores, hojas y frutos.
¿Qué hay en el suelo?
Sabias que un metro cúbico de tierra procedente de una parte húmeda de tu jardín puede contener con mucha facilidad :
varios cientos de lombrices de tierra; varios cientos de miles de artrópodos: insectos (pulgones, crustáceos y miriápodos); varios millones de protozoos (diminutos animales unicelulares que se alimentan de bacterias); muchos millones de diminutos vegetales, como plantas, algas y líquenes; y por fin, incontables millones de hongos y bacteria
Toda esta riqueza en cuanto a vida y diversidad debe ser fomentada por los buenos jardineros como tú, huyendo de utilizar productos químicos agresivos para los microorganismos, de voltear el suelo para no desecarlos, de regar demasiado para no asfixiarlos, etc.
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