Aunque esta técnica tiene unos buenos resultados se ha ido perdiendo debido al abuso excesivo de abonos químicos que sin embargo son menos eficaces. Estos abonos de origen orgánico son una forma biológica cada vez más usada para nutrir nuestras plantas, ya que poseen elementos, vitaminas, hormonas o sustancias antibióticas mejorando significativamente la textura del suelo.
Sin embargo actualmente se ha reconocido sus propiedades y sus efectos en las plantas y cada vez más la gente crea su propio abono. Es muy fácil de hacer, sólo nos tenemos que hacer con una compostera ó hacerla nosotros mismos y buscar un lugar en el jardín medianamente oculto para crearlo, procurando que esté en contacto directo con el suelo. En él nos tendremos que añadir algo de turba para aportar esponjosidad y bajar el pH al suelo, materia orgánica para que aporte los nutrientes necesarios para las plantas, y agua para que las reacciones sean rápidas.
Para crear un buen abono se tendrá que aportar materia orgánica, toda aquella de origen vegetal que en casa se deseche como pieles de frutas, verduras en mal estado, restos de poda, restos de siega, entre otras y de origen animal, como cascaras de huevo ó estiércol. De vez en cuando se tendrá que añadir algo de turba para ir creando capas y agua para mantenerlo húmedo para que los microorganismos del suelo accedan para descomponer dicha materia orgánica. Si vemos que huele demasiado, significa que está muy húmedo y habrá que voltearlo para airearlo, si por el contrario está muy seco, significa que dentro hay mucho calor (más de 40ºC) debido a la reacción microbiana y habrá que echarle agua y voltearlo.
El resultado estará acabado cuando el humus sea de color marrón oscuro, casi negro, no huela mal y no se pueda apreciar de forma clara la materia orgánica aportada.
No hay comentarios aún
Puedes ser el primero!
Deja un comentario.