Todas las especies del género Citrus comparten, con bastante similitud, unas mismas condiciones de cultivo. Se trata de árboles perennifolios, que requieren un emplazamiento soleado y cálido; son delicados y poco resistentes al frío.
En su explotación agrícola se cultivan en grandes plantaciones que permiten un tratamiento globalizado. Pero también se utilizan como árboles ornamentales, especialmente los naranjos amargos, en cuyo caso, por las condiciones en que se hallan suelen dar frutos no comestibles.
En los cultivos particulares, tanto en el huerto como en el jardín, pueden cumplir, bajo determinadas condiciones su función decorativa como la de proporcionar frutos comestibles.
La especie Citrus aurantium conocido como naranjo amargo o naranjo agrio, muy empleado como árbol ornamental, es un árbol pequeño que tarda no menos de 20 años en alcanzar su plena madurez. A partir de entonces se utilizan con diversos fines las hojas, los tallos y las flores, además de la pulpa y la piel de sus frutos. Rico en vitamina C y en ácidos cítrico y málico, tiene propiedades digestivas, tónicas, sedantes, antiespasmódicas, antidiarreicas y antiescorbúticas.
Todos necesitan un suelo fértil y bien drenado, y no soportna temperaturas inferiores a los 5ºC. Todos se reproducen por esquejes sobre patrones de otros cítricos más resistentes como el Citrus trifoliata o sobre naranjo amargo, aunque ya en desuso por problemas fitopatógenos.
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