Las enfermedades parasitarias están originadas por animales microscópicos que viven y se desarrollan dentro de las plantas, alimentándose únicamente de las sustancias elaboradas por ellas. Las condiciones ambientales o de clima inapropiadas favorecen la proliferación de la mayoría de los parásitos.
Las enfermedades virales se contagian y transmiten básicamente por insectos chupadores (pulgón, trips, cochinillas, etc.)que chupan la savia de las plantas infestadas y también de las plantas sanas. También se propagan de forma mecánica a través de la savia (al cavar, al cortar las flores, al recolectar, al esquejar, injertar, etc) y también, aunque con menos posibilidades, se pueden transmitir por el suelo.
Los virus dañan gravemente los cultivos ornamentales, frutales y hortícolas. Viven en las células de las plantas, y los síntomas para reconocer la enfermedad varían según la naturaleza del virus y de acuerdo con la especie o variedad contaminada.
La lucha para proteger las plantas contra las enfermedades virales es muy delicada. Ante todo, se debe determinar con exactitud la naturaleza del virus y su modo de propagación. Para prevenir la aparición de estas enfermedades y evitar que se contagien el resto de plantas es importante pulverizar las plantas para eliminar los insectos chupadores, desinfectar el suelo y las macetas y, sobre todo, arrancar cuidadosamente las plantas infectadas y quemarlas.
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