Para que nuestras plantas gocen de buena salud es fundamental aplicar métodos preventivos que potencien el buen desarrollo de las plantas, y por tanto, su resistencia natural a las plagas y enfermedades.
Tendremos en cuenta los siguientes aspectos:
- Buen manejo en la preparación del suelo, evitando abonar con materia orgánica muy fresca, o con abonados excesivos o pobres, que provoquen pudriciones o desequilibrios nutricionales.
- Escoger, siempre que podamos las plantas autóctonas o en el caso de que sea un huerto las variedades hortícolas locales, mejor adaptadas a las condiciones de la zona donde vamos a plantar y más resistentes a las agresiones.
- No adelantar o retrasar las épocas de siembra y trasplante, respetando los desarrollos de las plantas, intentando no forzarlas para que florezcan antes o retrasar la floración plantándolas fuera de época.
- Emplear las técnicas de jardinería (riegos, abonado, separación, etc.) aconsejadas para cada planta.
- Llevar un control continuo de nuestras plantas observando las irregularidades que en ellas se produzcan.
- Respetar las asociaciones y rotaciones en el caso de los huertos.
- Potenciar la biodiversidad en nuestro jardín o huerto con cultivos variados, aromáticas y flora espontánea.
- Reforzar las defensas naturales de los cultivos aplicando preparados naturales.
- Conocer los ciclos biológicos de las posibles plagas y los factores ambientales que las favorecen o perjudican para actuar antes de que aparezcan.
Con todas estas medidas preventivas, seguro que nos evitamos grandes problemas y disgustos en el desarrollo de nuestras plantas, sea la planta que sea.
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